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EL RUGBY

El SIC TRICAMPEON

El SIC TRICAMPEON 17-Oct-2004 03:50 pm URBA Por Federico Matías Sala¡El SIC es tricampeón!
Tiempo estimado de lectura 3'20"
El SIC sacó a relucir toda su experiencia en finales y venció a Alumni por 36-13. Los de Boulogne lograron su tercer campeonato consecutivo y dejaron bien en claro por qué son el mejor equipo de Buenos Aires. Para los zanjeron apoyaron Tomás De Vedia (2), Brian Anthony y Santiago Franzini. Con esta nueva consagración, sumó su título 23 en 69 años de vida.

Para ser tricampeón hay que tener determinadas virtudes y, sin dudas, el SIC es dueña de todas ellas. Los amantes de la ovalada pueden alegar que los zanjeros no lucen, que no juegan lindo y minimizar sus logros, pero lo que nadie puede negar, ni siquiera el más acérrimo hincha del CASI, es que los de Boulogne conforman, desde hace unos años, el equipo más sólido de Buenos Aires.
Alumni también estaba en esa senda: forwards intratables, backs picantes y una combinación explosiva entre ambos. Además, los de Tortuguitas traían en sus espaldas un invicto poco común y que daba miedo: 18 victorias al hilo.

Por eso, la final era perfecta. El rey, con su trono a la vista de todos, y el plebeyo que, imitando ciertas actitudes, se le revelaba y buscaba despojarlo de sus títulos de nobleza.
Ni bien Pablo Deluca dio el pitazo para que comience la guerra, fue el retador, quien impulsado por su ansias de gloria y con la firme intención de romper la hegemonía de su rival, dominó las acciones.
Santiago Van der Ghote, al minuto de juego, dejó en claro que su puntería estaba en una de esas tardes perfectas y clavó los primero tres puntos para su conjunto.
Pero los de Tortuguitas, concientes de que al rey no se le debe dar tregua, siguió en el camino ofensivo. Ignacio Visser estaba muy preciso para repartir el juego, Martín Bottini se auto fabricaba espacios para lastimar y Diego Lamelas tackelaba cualquier camiseta que no fuera la de su equipo.
El SIC, dándose cuenta del real peligro de su retador, sacó a relucir una de sus principales virtudes: la defensa. Se bancó todos los embates de su oponente y, cuando vio la puerta abierta para dar una estocada, se lanzó tras ella.

Por eso, a los 15` y a los 24`, fue José Luis Cilley, quien que por intermedio de su calibrado pie, dio vueltas las cosas (6-3).
Pero el rey, no conforme con la eximia diferencia, lo mandó a Tomás De Vedia para que conquiste el ingoal ingoal por primera vez en la tarde. La jugada la comenzó Federico Serra con una diagonal sensacional, luego la guinda pasó por Cilley y terminó en la manos de Tachito, quien con una palomita para la foto, plantó bandera en territorio enemigo. (11-3)
Alumni acusó el impacto e intentó reaccionar, pero el zanjero no lo dejó. Es más, el segundo try llegó tras vencerlo en un puntal de su juego: el maul. El que culminó la jugada tras el empuje fue Brian Anthony, que no pudo festejar su conquistas hasta que Pablo Deluca no confirmara, vía Video Ref, que el forward había apoyado en el lugar y de la forma que dicen los libros (16-3)
Así terminó la primera etapa, con un SIC firme en sus convicciones de seguir mandando en Buenos Aires y con un Alumni que, luego de los dos cimbronazos, no sabía cómo contener a su rival.
Ni bien comenzó el complemento, fue Van der Ghote con su try el que se encargó de darle ánimo a su equipo. Luego llegó el penal de Cilley para estirar diferencias y el del Chino para volver a acortarlas (19-11)

Salvo por el resultado parcial, todo era similar al principio. Alumni ataca sin cesar y el SIC se defendía como lo hace siempre: de forma acertada.

Pero nuevamente fue De Vedia el que se encargó de romper las esperanzas rojiblancas. Luego de un scrum, Bruno Vitale pateó al fondo de la cancha y fue Tachito el que le ganó a todos en velocidad y asestó el golpe de knock out. Además, se convirtió en el primer jugador en apoyar dos veces en una final.
Luego llegó el try de Santiago Franzini y el drop de Cilley para liquidar algo que ya estaba finiquitado desde hacía mucho tiempo.
En tiempo de descuento, y con el orgullo totalmente resquebrajado, Guillermo Mazzoni apoyó su conquista. Pero claro, sólo sirvió para rellenar las frías estadísticas que figurarán en los libros.
Al final de la contienda, Buenos Aires se agachó frente al SIC y Alumni se retiró masticando bronca y con pensamientos de venganza. Claro, eso será en 2005, porque el rugby porteño, en 2004, ya tiene a su rey

1 comentario

tito -

porcky sos un capo